LA PEOR DE MIS PESADILLAS

Hubo un tiempo, en que el viejo del saco recorría las calles de las ciudades recogiendo niños malandrines de todo tipo, gozaba de gran prestigio, así por ejemplo era el terror de los que no se comían la comida o le pegaban a su hermanito menor. Con su saco al hombro se le podía ver en noches oscuras de invierno por calles y callejones, siempre cargado de niños mal criados. Muchos juran haberlo visto metiendo en su saco a más de algún niño, a pesar de sus gritos y pataleos, además, siempre había espacio para uno más….

Con el tiempo y más bien de repente, el viejo fue desapareciendo. En el libro La Historia Nacional de Lo Oculto, pagina 21, se relata a voz de algunas señoras entendidas en copucheos de todo tipo, que el inicio de todo su mal fue, cuando el pobre caballero fue apedreado por una turba de chiquillos de la población José María Caro, en esa oportunidad unos perros lo mordieron y una señora llamada Lucinda lo habría agarrado a escobazos. Para peor los carabineros del sector lo llevaron detenido por desórdenes en la vía publica y ebriedad, nunca se le había visto con trago, pero así empezó todo esto de la justicia justa.

En un estudio serio al respecto, se da cuenta, que en el parte 28-0037 de fecha 1950 reten Caro, se registra la detención de un ebrio que como única pertenencia portaba un saco que se negaba a abandonar, que por el griterío de chiquillos y Sras. del sector acudió carabineros, que el hombre no presento resistencia y que se le detuvo finalmente por ebriedad. A partir de ese momento el pobre viejo del saco cayo en una depresión profunda, ya nadie le temía y era blanco de todo tipo de bromas, dejo de pasar por las poblaciones y se entregó a la bebida y a las carreras de caballos. Lo echaron del cuarto que arrendaba en la Población La Granja, fue acogido por la hermanas de la caridad, quienes lo ayudaron a terminar los estudios de humanidades, las malas lenguas aseguran que se presentó como candidato a regidor, pero, ni la gente que lo presento voto por él, también se le habría visto en sus últimas apariciones públicas predicando la segunda venida de Cristo en la Quinta Normal. Según crónicas del viajero anónimo, termino sus días en un cuartucho cedido por Gumercindo Díaz, quien aseguraba que de pequeño había sido entregado por su padre al viejo del saco por no comerse un plato de porotos que le había servido su mama, eso, le habría ayudado a ser un hombre de bien a la larga, en agradecimiento lo acogió en el patio de su casa, el que compartía con palomas y gatos..

PETER DALTON

Desde Villa Alemana, Quinta Región.